

AINHIZE & IRADI
CINE LOW COST
REPORTAJE
El precio de la magia del cine
“El cine es muy caro”. La leyenda urbana crece por las redes sociales hasta convertirse en algo palpable en la sociedad. La industria es atacada por las armas de la codicia y las nuevas tecnologías. El cine nota como poco a poco va disminuyendo hasta el punto de temer por su futura existencia. El problema está claro: la gente va menos al cine. Los empresarios tiene que subir los precios de los cines cada día para sacar beneficios pues las tecnologías avanzan de una forma tan alarmante, que puedes ver todas las películas en cuanto salen a cartelera, o incluso antes. La industria cinematográfica sufre uno de sus peores momentos y nadie parece saber muy bien que hacer para solucionarlo.
Las distribuidoras ofrecen a los cines las películas que les han comprado a los productores, por un porcentaje de recaudación de la taquilla. Esto quiere decir que la primera semana de visión de una película las distribuidoras pueden llegar a quedarse con el 60% de la recaudación. Teniendo en cuenta esto, y el descenso de afluencia de espectadores al cine, no es de extrañar que los precios hayan tenido que subir, pero eso no significa que ver cine sea caro.
Antes el cine era una de las pocas formas de ocio, ahora existen tantas oportunidades que no es de extrañar que el cine haya quedado relegado a otros puestos. Alejandro Goitia, director de cartera del Círculo Coliseo dice que los jóvenes no conciven pagar por ver cine: "Con tantas opciones de ocio diferente de ocio que esisten es normal que se esten cerrando cines. Nosotros llegamos a tener 200 cines por toda España". Un gran ejemplo de esto es que hace 30 años en un pueblo como Santurtzi había hasta 6 cines privados. Estos cines acabaron por desaparecer como consecuencia de la crisis que se vivió en los años 80: “El público demandaba una mayor variedad de pantallas, así que se acabó con los grandes cines de 800-1000 localidades”, declara Carlos Morán, director del cine Serantes de Santurtzi. Esa fue la respuesta que encontró el sector en los años 80 cuando el cine dejó de ser un medio de entretenimiento masivo como en los años 40-50 donde no había mucho más que hacer.
Puede que hoy en día ir al cine no sea barato, pero esa no es excusa para no ir. Los profesionales del sector advierten que el mayor enemigo del cine es internet, no el precio: “Es una pasada como con tres click puedes acceder a todo el cine que quieras y además personalizado”, opina el director del cine Serantes. Al final la última esperanza del cine han resultado ser esas películas que boca a boca han concentrado a millones de espectadores en las salas de cine de toda España. Se supone que las productoras ofrecen lo que se demanda: “Pero si lo que se demanda no se ve, a lo mejor deberían plantearse cambiar un poco el concepto del cine comercial y empezar a hacer más 8 Apellidos Vascos”, declaró Alejandro Beitia.
Los que sigan diciendo que no van al cine porque “es muy caro” deberían saber que en Bizkaia existen diferentes opciones para disfrutar del cine sin gastar mucho dinero. En el mismo centro de Bilbao se puede encontrar el mejor cine de autor, con charlas de los directores incluidas,por solo 3€ si eres estudiante en el Cineclub FAS. Los Multicines ofrecen los últimos estrenos de películas galardonadas o cine alternativo por un precio algo inferior a las grandes cadenas: 6’70. La Alhóndiga ofrece sesiones con precios reducidos dos veces por semana. BilbaoArte hace ciclos de cine. Apenas a unas paradas de metro, en el cine Serantes se puede elegir entre tres estrenos por semana por solo 5,50. Además todos los cines de Bizkaia ofrecen promociones como el día del espectador. Y sino siempre pueden esperar a las Fiesta del Cine anuales.
Con tantas oportunidades para ver cine algo más barato, hace pensar que puede que esa leyenda urbana que recorre las redes sociales no sea tan cierta: el cine no es gratis, pero tampoco es caro. Para poder disfrutar de una película en la gran pantalla hay que pagar desde maquilladores y decoradores, pasando por actores y directores, hasta llegar a productores y distribuidores. Aunque en las redes sociales hagan destacable que si el precio fuese más barato la gente iría más cines como el Serantes han demostrado que no es así. Al fin y al cabo a todo el mundo le gusta disfrutar de la gran pantalla , puede que no pagando tanto dinero pero con las distintas alternativas que existen, la magia del cine tiene un buen precio.


